Un gran reto: construir lectores del futuro

Te propongo un juego, es sencillo y no necesitas nada más que observar a tu alrededor. ¿Te animas?Para empezar a jugar solo tienes que repetir la canción de «veo veo…». 

¿Recuerdas cómo se jugaba?, ¿y la última vez que jugaste? Me gustaría que intentases recordar la primera vez que lo hiciste, así que vuelve al párrafo anterior y repite la lectura. Esta vez, cuando llegues a la primera letra de la canción, entónala y déjate llevar por la nostalgia.

Aquel juego, simple pero eficaz, era capaz de entretenernos durante horas en los viajes interminables por carretera. Tenía algo muy especial que, hoy en día, podríamos llamar realidad aumentada: relacionaba la imagen real con una palabra y nos obligaba a concentrarnos en la letra inicial de esa palabra. En realidad, bajo una mirada pedagógica, lo que hacíamos era codificar y decodificar imágenes en palabras, que es precisamente el principio básico de la lectura. A este proceso se le denomina lectoescritura y se suele iniciar en la escuela infantil o en el colegio cuando empezamos a conocer las letras. Poco a poco, vamos encontrando un patrón común en alguna de las letras, suele ser la inicial, y entonces comenzamos un juego muy curioso: buscamos y encontramos, a nuestro alrededor, las letras de nuestro nombre, y alegremente decimos: «¡Mira papá, allí está la M de María!» o «¡Abuela, abuela, la A de Alberto!».

1. Es fundamental educar con el ejemplo: en la infancia y la adolescencia es necesario consolidar figuras de referentes adultos. Para ello se pueden buscar espacios donde poder leer a su lado, así hacen «lo que yo haga y no lo que yo diga».
2. La motivación es un factor clave: es necesario buscar lecturas cercanas: cuentos actualizados, lecturas de aventuras, narrativa de deporte, libros autobiográficos de adolescentes
3. Querer leer o tener interés por la lectura es un hábito que hay que educar: buscar el momento adecuado. Puede ser antes de dormir, en el transporte público o durante las vacaciones.
4. Los libros son un legado extraordinario y hay que transmitir esta importancia, no por la nostalgia ante un presente digitalizado, sino por la riqueza que llevan sus páginas. Cuentos, libros, cómics o novelas pueden ser también regalos con trascendencia para nuestros familiares más jóvenes.
5. Lectura analógica y digital, el tándem perfecto: La lectura digital ha venido para quedarse, hay que reconocer la practicidad de un libro electrónico o una tableta en el día a día en cuanto a peso, tamaño, carga masiva… No por ello desestimemos los libros ilustrados y los clásicos de estantería en papel.

Impulsar el espíritu lector es responsabilidad compartida entre la escuela y la familia, pero es cierto que en una sociedad donde las ofertas de ocio son extremadamente extensas, los libros pueden cambiar de posición. Por ello, no hay que dejar de lado las nuevas propuestas y plataformas digitales de lectura, que contribuyen a una lectura más motivadora y con mayor accesibilidad para el lector del Siglo XXI.

Hemos empezado con un juego y acabamos con una reflexión: en la infancia y la adolescencia se construyen las personas y se consolidan sus creencias y valores. La lectura puede ayudarles a encontrar aquellos fundamentos del mundo que están construyendo.